Por Pegaso
Andaba yo volando allá, por la zona centro de Reynosa, donde esmerados trabajadores del Municipio estaban construyendo un altarsote de muertos para coronar las festividades de los fieles difuntos y luego me fui a dar un chapuzón en las redes sociales para conocer las tendencias, top trendings y videos virales que hacen las delicias de millones de cibernautas.
Lo primero que llamó mi atención fue un video donde aparecen las tres figuras femeninas de mayor proyección internacional: Thalía, Paulina Rubio y Gloria Trevi.
El material promociona la próxima gira que harán juntas las divas, llamada #Las que mandan.
Aparece primero Thalía con su voz sensualona, diciendo que desde muy joven tuvo que luchar para alcanzar el éxito. Le sigue Paulina Rubio, con su siseo español y al último, Gloria Trevi, con su naquísima forma de hablar.
«Lash mujeresh shomosh…, el orgullo porque nosh entregamosh shin pedir nada a cambio»,-dice Paulina.
«Somos grandes superhéroes»,-agrega Thalía, más tasajeada que Olga Breeskin y casi pegándole a Michael Jackson.
Y remata Gloria Trevi, ya sin el pelo suelto, pero con un gesto de fuchi: «Por eso somos las que mandan».
Yo no tengo nada contra ellas. En su momento cubrieron el firmamento de la música juvenil mexicana y latina, pero ahora más bien parecen caricaturas de sí mismas.
Como dice el dicho: «No es lo mismo Los Tres Mosqueteros que veinte años después», y los esfuerzos que hacen Thalía, Paulina y Gloria demuestran que los años no pasan en balde.
Hay que recordar que en los noventa Thalía era una graciosa cantante juvenil que pronto creció para convertirse en la reina del espectáculo, dejando atrás a sus compañeras de Timbiriche y alcanzando fama internacional.
Todos pensábamos que buscaría una pareja joven y bella como ella, pero su Complejo de Electra la llevó a caer en brazos de un vejestorio ricachón y repugnante que bien pudo ser su abuelo, llamado Tony Mocola. Creo que tuvieron uno o dos nietos juntos, no lo sé. Pero en los últimos años la cirugía ha hecho estragos en lo que fue su belleza natural.
¿Qué se puede decir de Paulina? Su eterna envidia hacia Thalía la exilió a España, donde se casó y hasta aprendió a sisear como una verdadera maja, siendo más mexicana que los nopales y el mole poblano.
¡Ahhh! Y la Trevi. En un tiempo formó parte de un harem que tenía Sergio Andrade, promotor de estrellas juveniles.
El canijillo de Andrade escogía a las mozuelas más guapas para su serrallo particular. Las edades oscilaban entre los 13 y los 17 años. No quería de 18 porque se le hacían muy viejas.
Y mientras él hacía cuchi cuchi con las niñas, los inocentes padres creían que aquel genio musical las iba a llevar pronto al estrellato y se iban a forrar de billetes.
Gloria Trevi formó parte de esa trama que ya la hubiera querido el Marqués de Sade para su divertida novela «Los 120 Días de Sodoma».
Finalmente se descubrió todo y los perversos orquestadores, Andrade y Trevi, fueron a parar con sus huesitos a la cárcel.
La vida fue amable con la Trevi y ésta volvió al mundo del espectáculo, después de estar entambada por una temporada. Sergio Andrade, por otra parte, duró 7 años entre rejas y al salir quiso grabar unas canciones de su autoría, pero fracasó rotundamente.
Hoy vive de sus ahorros, lejos de la farándula, añorando aquellos buenos tiempos en que Gloria Trevi, Mari Boquitas y Karina Yapor le hacían piojito, mientras las demás chiquillas le daban uvas en la boca.
Y el refrán estilo Pegaso dice: «¡Material terroso pulverizado procedente de tales mezclas arcillosas!» (¡Polvo de aquellos lodos!).